El problema de las aguas duras en los circuitos de calderas y radiadores es principalmente la acumulación de cal. El agua dura contiene altos niveles de minerales como el calcio y el magnesio, que pueden precipitar y formar depósitos sólidos conocidos como cal en las tuberías y componentes del sistema de calefacción
Estos depósitos pueden tener varios efectos negativos:
- Reducción de la eficiencia: La cal actúa como aislante térmico, dificultando que la caldera caliente el agua de manera eficiente. Esto puede aumentar el consumo de energía y reducir la eficiencia de la caldera hasta en un 12%
- Obstrucción de tuberías: La acumulación de cal puede congestionar las tuberías, reduciendo el flujo de agua y aumentando la presión en el sistema. Esto puede llevar a un calentamiento más lento y a una distribución desigual del calor.
- Daño a componentes: Los depósitos de cal pueden dañar componentes mecánicos y válvulas, lo que puede resultar en averías y la necesidad de reparaciones costosas.
Para prevenir estos problemas, es importante realizar un mantenimiento regular del sistema, que puede incluir la instalación de un descalcificador de agua, el tratamiento químico del agua y la purga periódica de los radiadores para eliminar el aire y los sedimentos acumulados.
